Un documental autobiografico narrado por el cineasta Stanley Kubirck


Stanley Kubrick, el director de pelĂ­culas tan queridas como Dr. Strangelove, 2001: Una odisea del espacio, y The Shining, un hombre cuyo nombre permanece, más de quince años despuĂ©s de su muerte, casi un proverbio para el autor cinematográfico, consiguiĂł cinematografĂ­a porque de un malentendido. Mientras trabajaba como foto periodista de poco más de veinte años, se hizo amigo de un joven aĂşn más joven llamado Alex Singer, que se convertirĂ­a en un conocido director de cine y televisiĂłn, pero en aquella Ă©poca ocupaba una posiciĂłn humilde en la oficina de The Noticieros de la Marcha de Tiempo. Singer pasĂł a mencionar que cada noticiero le costĂł a la compañía algo asĂ­ como $ 40,000 para producir, lo que hizo que Kubrick investigara el precio del alquiler de pelĂ­culas y cámaras, luego pensĂł: ¿no podrĂ­a hacer un documental mĂ­o por menos?

En efecto; él y Singer juntaron $1,500 y colaboraron en el Día de la Lucha de boxeo corto-tema, que jugó en los cines en 1951. Pero no obtuvo ganancias, ya que ninguna compañía de distribución ofreció los $ 40,000 que esperaba - ni tampoco había ofrecido La Marcha del Tiempo, cuyo negocio de noticias llegó poco antes, suficiente para cubrir sus propios costos exorbitantes. Así que Kubrick no ganó dinero en su primera película, pero hizo una carrera, pasó a hacer dos documentales más, luego el bajo presupuesto cuenta con miedo y deseo, Killer's Kiss y The Killing. Luego vinieron los aclamados Caminos de la Gloria protagonizados por Kirk Douglas, que finalmente trajo una oferta a Kubrick del icónico actor para tomar las riendas de dirección de Spartacus. Luego vino Lolita, el Dr. Strangelove, 2001, y el resto es historia del cine.

Por supuesto, Kubrick no sabĂ­a todo el alcance de la historia del cine que harĂ­a en 1966, en el set de 2001, cuando se sentĂł con el fĂ­sico Jeremy Bernstein, investigando para un perfil neoyorquino. El cineasta sacĂł una de sus grabadoras (dispositivos que adoptĂł temprano y utilizĂł para escribir guiones) y grabĂł 77 minutos de sus conversaciones y Bernstein, casi media hora de las que Jim Casey utiliza como la narraciĂłn del corto documental Stanley Kubrick: Las Cintas Perdidas. Recientemente redescubiertas, estas grabaciones cuentan con las historias de primera mano de Kubrick de crecer indiferentes a todo lo acadĂ©mico y literario, perfeccionando su "mĂ©todo general de resoluciĂłn de problemas" como fotĂłgrafo, entrando en el cine como resultado de la idea errĂłnea mencionada y construyendo la carrera que los aficionados del cine y estudiosos escudriñan hasta el dĂ­a de hoy. Lo hace preguntarse: ¿quĂ© glorioso trabajo hemos perdido la oportunidad de crear por ser demasiado rigurosos con los numeros?

Aqui los dejamos con estas cintas perdidas

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